lunes, 23 de noviembre de 2015

MI VENTANA

EL MISTERIO DE LA VENTANA PARLANTE

JAVIER


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Era un día de tormenta en el colegio Foro Romano. La tormenta tenía tanta cantidad de agua, era tan fuerte y con tantas nubes, que los niños no podían salir al exterior. Éstos se tuvieron que quedar dentro del colegio y los profesores les dejaron jugar por todo el colegio.
Pepe y sus amigos jugaron al escondite. A Pepe no le tocó pagarla. Se escondió en el aula de naturaleza, pero como sabía de qué allí le pillarían fácilmente, se fue a la biblioteca porque sabía que a sus amigos no les gustaba leer y allí seguro que no entrarían.
De repente oyó una voz que le dijo: -¿qué haces aquí?-. Pepe respondió:¿quién eres?, ¿dónde estás?-. -Estoy aquí, acércate, no tengas miedo- dijo la voz. El sonido provenía de la ventana.
Pepe se asomó por la ventana, pero no vio a nadie más allá. Dijo -¿holaaa?-. No me chilles al oído, soy yo, la ventana-.
Pepe se sorprendió mucho, pero no estaba muy asustado. Como la ventana estaba húmeda dibujó en ella con el dedo unos ojos y una boca; así era más fácil conversar con ella. Después de explicarle que estaba jugando al escondite, le preguntó si podía contar a alguien de su existencia.
Como la ventana dijo que sí, rápidamente, Pepe, fue a avisar a todos sus amigos de que en el colegio había una ventana que hablaba. Primero encontró al que la pagaba, después entre los dos, se fueron a pillar al resto y se reunieron en el gimnasio.
Una vez todos reunidos en el gimnasio, Pepe les contó, que en el colegio había una ventana que hablaba. Sus amigos no le creían y entonces, fueron a la biblioteca a comprobar si era verdad. Cuando llegaron, Pepe les guió hasta el rincón dónde se situaba la ventana. Estuvieron en el lugar que Pepe les indicó, pero no se oía ninguna voz. Lo único que se oía era el sonido de la tormenta. Sus amigos ya no le creían, ¡pensaban que estaba loco!
Al día siguiente, que ya no había tormenta, la encargada de la biblioteca, Mª Jesús, iba a las ocho de la mañana a comprobar cómo estaba la biblioteca. Mª Jesús estaba sentada en su ordenador y de repente oyó una voz que decía: -hola, buenos días-. Se quedó muy sorprendida porque no sabía quién le hablaba. Ella contestó -hola, ¿quién eres?-. No contestó nadie y por eso, empezó a buscar quien le había hablado. Tras media hora buscando, encontró a la ventana que le hablaba. Mª Jesús le dijo a la ventana que cómo podía hablar. La ventana dijo que no lo sabía. De repente sonó el timbre y tuvo que bajar a por su clase.
A la hora del recreo volvió a la biblioteca para asegurarse de que la ventana seguía ahí. Como a Mª Jesús le extrañaba que hubiera una ventana habladora, decidió informar al resto de profesores. Cuando se reunieron todos lo profesores, Mª Jesús les dijo que en el colegio había una ventana que hablaba. No le creía nadie y por eso les guió hasta el lugar donde se la encontró.
Fueron a la biblioteca y se quedaron todos tan sorprendidos, por que la ventana les hubiera hablado, que llamaron  inmediatamente a la OICR (Organización que Investiga los Casos Raros). Les dieron la información necesaria para que pudieran llegar al colegio. También desalojaron a los niños y les enviaron a su casa. La OICR llegó a la biblioteca y los científicos de esta organización se pusieron a analizarla, hacerle preguntas...
La OICR nunca había tenido un caso tan raro como este. Y mientras lo investigaban, los niños no podían ir al colegio. Así que se alegraron un montón.
Pepe les dijo a sus amigos que era por lo de la ventana que hablaba. Esta vez si que le creyeron y por eso fueron inmediatamente al colegio a preguntar los resultados que les daban a la OICR. Como no podían entrar por la puerta principal, tuvieron que escalar las verjas, después subir al techo del colegio y entrar por la terraza.
Una vez arriba, en la terraza, entraron y bajaron al piso inferior para ver de nuevo la ventana y preguntar por sus resultados. Pero tenían un problema: que estaban todos los hombres cubiertos de un plástico muy raro y no se podía ver desde allí la ventana, debido a la multitud de hombres que había analizándola y haciéndole preguntas. Intentaron entrar y para camuflarse se pusieron unos plásticos que había en el suelo.
Entraron a la biblioteca y llegaron hasta la ventana, pero se les echó todo el plan abajo porque la ventana les reconoció inmediatamente.
Unos cuantos hombres que trabajaban en la OICR les llevaron fuera del colegio y les preguntaron -¿qué hacéis aquí?-. Los chicos les respondieron que lo único que querían era informarse de cómo era posible que una ventana hablara. Los hombres se lo dirían encantados, pero son menores de edad y ni siquiera les han preguntado si podían entrar.
También llamaron a sus padres para que vinieran a buscarlos. Y les cayó una gran bronca por haber entrado cuando dijeron que estaría cerrado una temporada.
Después de esto, los hombres, tuvieron que subir otra vez para seguir con la investigación. Pero llegaron un poco tarde por que los científicos habían sacado la conclusión de que el colegio quedaría cerrado para siempre y los niños no tendrían que ir al colegio nunca más.
Como aún no sabían el por qué la ventana hablaba se tuvieron que quedar semanas y semanas, meses y meses hasta que encontraron una respuesta. La empresa Montaña de construcciones trabaja con productos químicos muy avanzados que hacen que un ser inerte pueda comunicarse únicamente con los humanos.
La OICR les puso una denuncia por hacer que un ser inerte, como una ventana, puediera comunicarse con los humanos. También les enviaron un correo diciéndoles que les habían denunciado por hacer que un ser inerte pueda hablar. Encima en un lugar público.
Cuando la empresa Montaña les contestó les dijo que no trabajaban con productos químicos, ni podían hacer que un ser inerte puediera comunicarse con los humanos. Como no lo admitía, tuvieron que ir a juicio para ver quién tenía razón.
Una vez en los juzgados, la OICR entró normal y el jefe de la empresa Montaña entró con la cabeza agachada como si fuera verdad. En la sala donde se hacen los juicios, después de que entraran las personas que tenían que entrar, los jueces empezaron. La OICR entregó sus papeles y la empresa Montaña también.
Estuvieron  horas y horas metidos en la sala donde se celebran los juicios. Hasta que los jueces dijeron que la empresa Montaña tenía que cerrar, debido a que podían hacer que los objetos/seres inertes pudieran comunicarse con los humanos. El colegio Foro Romano también tuvo que cerrar, porque en él se encontraba aquella ventana, la ventana que hablaba con los humanos.
Pero como los científicos de la OICR llegaron a la conclusión de de que tenían que derrumbar el colegio porque la ventana se había reproducido y ahora la mayoría de ventanas del centro eran ventanas habladoras.
Cuando lo derrumbaron se lo llevaron en remolques al vertedero y pasaron por la casa de Pepe, que estaba asomado a la ventana mirando los camiones.
De repente la ventana de su habitación le dijo: -hola Pepe-.
Pepe contestó: -¿eres tú, ventana?, ¿también puedes hablar?-.
-Sí, casi todas las ventanas del pueblo hemos nacido en la misma empresa y podemos hablar entre nosotras, pero nos quedamos calladas cuando hay gente delante. No debes decírselo a nadie.- dijo la ventana.
-¿A nadie?- dijo Pepe.
La ventana le contestó: -Bueno, solo a los niños, pero no se lo podrán contar a ninguna persona adulta, si no nos pasará lo mismo que a la ventana del colegio.-
Desde entonces, los adultos no lo saben, pero todos los niños del pueblo tienen una amiga en su habitación (su ventana) y habla con ella cuando no están sus padres delante.


2 comentarios:

  1. La historia es increible, muy bien organizada y redactada.Sólo podria corregir pequeños detalles.Prefiero que la revises y los corrijas tú.Ya me dirás. ¡Felicidades!.

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  2. Javier me encanta tu historia es super chula y entretenida

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